30 julio 2016

La tormenta


Desperté. Estaba empapada, el pelo me pesaba y tenía fríos los pies. El sol disparaba destellos en el agua que ahora podía ver con más claridad, por estar cerca.
Gire sobre mi propio eje y me zambulli en la profundidad del lago, cuando volví a salir para tomar aire el sol ya no estaba.

04 junio 2016

Yo también estaba buscando a una madre

Una con fuerza de roble, incansable. La calidez de un pecho donde apoyar las mejillas mojadas. La sensibilidad despierta a cualquier hora de la madrugada. La comida caliente y el abrigo. Las peleas sin sentido. El miedo al vacío y la inexplicable necesidad de tener todo bajo control. La creación en el máximo esplendor de un vientre fortalecido. La conexión con la matriz de todo lo acontecido.

17 abril 2016

Iba caminando apurado. Con el ceño fruncido y el pecho inflado iba corriendo las cosas en su camino, moviéndolas hacia un costado. No tenía tiempo para él ni para nadie. Escondía la falta de un abrigo, un abrazo troquelado. A nada hacía caso. Se llevaba el mundo por delante porque chocaba con él en cada paso.

09 abril 2016

La lucha interna

Si supiera corazón como salir de esta situación, ya lo habría hecho. No me queda más remedio que dejarte libre y al asecho de cualquier bocado que sacie tus ansias de expansión. Bien sabes que no tenes derecho a juzgarme. Yo hice lo que pude para cuidarte (me) pero somos tan diferentes que lo que a vos te quiebra a mí me vuelve fuerte y ahí comienza de nuevo el juego.Yo soy tu alterego, vos no me viste pero aparezco cuando quiero. Y no es chiste, vos no me viste. Yo ando por ahí guardado, esperando el momento apropiado para defender mi posición, hacerte entrar en razón y acobardarte porque aquel que se muestra débil no llega a ninguna parte. Y lo hice para protegerte (de lo que yo mismo he creado). Y si me haces a un lado bien sabes que es lo indicado porque no existe canción que yo pueda entonar como vos al amar, al ser amado.

09 febrero 2016

El agua de adentro

Cada noche se sumergía en un sueño profundo. Nadando sin coordenadas, no importaba más nada que zambullirse en su propio inconsciente. Una marea suave de emociones le daba las razones para permanecer en silencio. Observando. Sintiendo el eco de las pulsaciones que formaban olas en su mente. Se desprendía de su imagen, de los recuerdos, de las acciones. Flotaba dentro de sí misma. En la superficie tomaba aire para volver a sumergirse, una y otra vez. Como un pez en el agua de sus propias creaciones.