21 febrero 2011

Un nuevo continente

Ahí viene ella, entre intensa y silvestre. Tiene los cabellos frondosos, llenos de vitalidad. Su paso es profundo, y al surcar el sendero va despidiendo flores (rastreras) que se abren como una hembra descarada. Creo que le llaman Hindia por el perfume milenario. No le importan los años, ella sigue tan fresca y fértil como en su natalidad. En frente está él, las prolongaciones lo dibujan infinito. Tiene la piel agrietada por falta de humedad. Los años no le han hecho daño pero lo han dejado desierto. Creo que por eso le llaman Sahara, por ser un tipo sin dueño, tierra de nadie. Por las noches se vuelve frío e inquietante. Pero ahora se acerca imponente, se choca con Hindia y va a dar justo con su cavidad. Ambos encajan perfectamente, y en la armonía de sus cuerpos nace un nuevo continente.

4 comentarios:

  1. Una mujer desnuda y en lo oscuro
    tiene una claridad que nos alumbra
    de modo que si ocurre un desconsuelo
    un apagón o una noche sin luna
    es conveniente y hasta imprescindible
    tener a mano una mujer desnuda.

    Una mujer desnuda y en lo oscuro
    genera un resplandor que da confianza
    entonces dominguea el almanaque
    vibran en su rincón las telarañas
    y los ojos felices y felinos
    miran y de mirar nunca se cansan.

    Una mujer desnuda y en lo oscuro
    es una vocación para las manos
    para los labios es casi un destino
    y para el corazón un despilfarro
    una mujer desnuda es un enigma
    y siempre es una fiesta descifrarlo.

    Una mujer desnuda y en lo oscuro
    genera una luz propia y nos enciende
    el cielo raso se convierte en cielo
    y es una gloria no ser inocente
    una mujer querida o vislumbrada
    desbarata por una vez la muerte.

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  2. Imagine todo en mimente, y paso al plano 2d, creando personajes,fondos,climas, tiempos, luego volvi en mi y note que esta sensacion que me dio leerlo, me gustaria vivirla en carne propia, lastima que no soy desierto, pero no seamos tan literales, el amor esta en todos lados...

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  3. ¡en pie vosotros los que sabeis sentir y no tenéis la frialdad dolosa de los académicos en pie vosotros que yo os juro que en el momento de peligro cuando la orden de batalla haya que darla yo no me quedaré en mi biblioteca sabed que el signo de esa batalla será mi presencia en las calles a la cabeza de vosotros

    Jorge Eliecer Gaitan.

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