12 septiembre 2009
Carnavalito
En la lejanía de los valles se oye un changuito cantar. Y es que la tierra es tan inmensa por esos pagos que no le ha podido cobijar. Lleva una quena andina colgada al cuello que entrelaza en las manitos, curtidas del andar. Sopla con fuerza de nogal, con alma inmortal. La melodía se expande entre los cerros, perdiéndose en el maizal. El eco resuena en mis oídos en forma de eterna postal. Ay! si vieras mi changuito como anhelo tu cantar, nota pura condensada en tu bello carnaval.
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Se me ocurre que vas a llegar distinta
ResponderEliminarno exactamente más linda
ni más fuerte
ni más docil
ni más cauta
tan solo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabes
cómo te pienso y te enumero
después de todo la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco
yo nostalgio
tu nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie
tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros
no olvides que tu rostro
me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable
ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas
con hondura
con franqueza
sé que voy a quererte sin preguntas
sé que vas a quererme sin respuestas.
el misterio es un arma de doble filo, genera el estímulo y no lo sacia..
ResponderEliminarAca pasa de todo... que aguas mas movidas.
ResponderEliminarHola Alguien. No fue intención mía generar algo que no puedo sostener. Tendría que ser mas lindo, mas joven y mas inteligente para empezar a ilusionarme.
ResponderEliminarMi único deseo fue regalarte esa hermosa poesía. ¿te gusta la poesía? te regalo otra. Es una canción de Daniel Viglietti.
Te deseo una hermosa vida. Que tengas paz.
Anaclara
Con un grafo
ella escribe en las paredes ”resistir”,
bufanda rojinegra por la espalda,
minifalda,
Anaclara.
Borra infancia
aprendiendo en Bellas Artes a crecer,
con pechos de rosales sin espinas,
agua marina,
Anaclara.
Es de agua
cuando el hijo se enamora de la sed
y si el niño le regala una amapola
llora sola,
Anaclara.
Nunca encuentra
porque busca siempre el modo de no hallar,
aunque sabe que lo nuevo se conquista,
anarquista,
Anaclara.
Si la hieren
de tan tierna tiene miedo de morir
y entonces pone espinas en las rosas,
temerosa,
Anaclara.
De mañana
va tejiendo los telares de la duda,
aún desnuda preguntándole al espejo
un consejo,
Anaclara.
Hospitales
que conocen la dulzura de sus manos,
los dolores con mirarla ya se olvidan,
fisiatría,
Anaclara.
Si el camino
Anaoscura siempre claro quieres ver,
nunca dejes,
Anaclara, tu locura compañera,
tu locura de palomas casi halcones,
tus pasiones,
Anaclara.