Ella es bruma de sensaciones. La manosean y hablan en su nombre quienes
no ven más que formas de extirparle su oro, que de afuera la hace ver más bella.
Ella en el interior se retuerce, tiene huecos irremediables que crecen. Por
partes se achata y se seca, allí las heridas se le hacen más tajantes y más le
duelen. Ella aún tiene memoria pero sus voceros la enmudecen, algunos pobres
infelices así la quieren. Pero ella tiene aires de gloria, de una grandeza que
enorgullece, y si enloquece ni te cuento lo que parece. Arde por dentro y por
fuera, grita hasta por donde pueda. Y es que así es que como le han enseñado, a
luchar por lo que merece. Ella es cuna de sueños que aún no han florecido.
Tiene el paisaje más colorido que cualquiera hubiese imaginado, y por eso
quienes la han caminado saben lo que digo. Ella es germen de trigo aún no
germinado, de lo que aún no ha nacido. Ella es bandera del que no se da por
vencido.
10 septiembre 2012
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